sábado, 20 de diciembre de 2008

presagios de una muerte anunciada


"Juan Carlos Bondy anuncia la publicación del segundo libro de un poeta que llamó la atención el 2005 por el desparpajo de su librito "Buena suerte Peter Parker!" El poemario poemario, que lleva por título "Aquí murió el payaso", promete más diversión. Comentaremos".
Suplemento El Dominical, del diario El Comercio.

Una recomendación que suena a chiste

En Caretas de hace un par de semanas apareció una lista de libros recomendados para la Feria del Libro Ricardo Palma. El payaso, por supuesto, estaba ahí, entre otros grandes.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Homenaje post-humo al payaso envenenado

Envenenado por una pastilla roja

Por Javier Ágreda


¿Qué tienen en común El hombre araña, Bob Esponja, las actrices porno Silvia Saint y Jenna Jameson y el “Cuto” Guadalupe. Además de ser mencionados reiteradamente en el primer poemario de Rafael Robles, Buena suerte, Peter Parker, todos ellos son verdaderos íconos de una cierta cultura audiovisual y masiva, muy propia de los jóvenes peruanos. En aquel poemario Robles se mostraba como un adolescente típico: un poco solitario, un poco incomprendido, un poco enamorado platónicamente, un poco payaso. Pero eso sí, más inmerso en esa cultura mediática y masiva, que en su propia experiencia y vida personal.

Todo eso cambia radicalmente en su segundo poemario, que ya desde el título anuncia la ruptura: Aquí murió el payaso (estruendomudo, 2008). Estos nuevos poemas parecen referirse a personas reales y a experiencias verdaderamente vividas por el autor. Y la experiencia más importante, sobre la que giran la mayoría de estos textos, es la del amor y la relación de pareja. En especial en la primera sección y la más extensa del libro: “Como Koalas en una piscina”, título que acaso alude a la principal razón por la que los Koalas están extinguiéndose (su supuesta falta de interés sexual).

En “Como Koalas en una piscina” se cuenta completa, aunque en forma un tanto desordenada, una historia: desde que el “yo poético” (el joven personaje que supuestamente habla en el poema) se enamora de una muchacha, hasta la ruptura de la pareja. El primer poema lleva el apropiado título de “Primer intento” y en él se puede leer: “Intentar algo contigo es irse de cara contra el puño de tu hermano”. El último poema de esta sección es la inevitable despedida y concluye con estos versos:


No tengo adónde irme de ti
más que un extraño libro de papel
que todavía no escribo
pero que me gustaría leyeras
cuando los terribles caballeros negros
vengan por mí.
Y así será.

En medio, por supuesto, está lo más interesante, el desarrollo de esta relación, que a diferencia de las del anterior poemario es mucho más carnal que plátónica:

“Dejando de lado lo demás, evoco tu vagina con ternura. Como un beso de hipopótamo amarillo. Como una trampa que me agarra de las mechas. Imagino tu cuerpo, tus nalgas, tus tetas. Dejando de lado todo lo demás, evoco tu vagina con amor.”

Erotismo y sentimientos, pero también imágenes y un empleo bastante creativo de la prosa, pues la mayoría de estos poemas no están escritos en verso sino en una prosa bien trabajada, que incorpora todos los recursos rítmicos y sonoros propios del verso. Es una tendencia de la poesía peruana actual, especialmente la escrita por jóvenes, y que con toda seguridad tiene su mejor expresión en Bombardero el vanguardista y polémico libro de César Gutiérrez. Una influencia reconocida en el propio libro, en el poema “Hacer el avión”, un divertido guiño literario.

Las otras dos secciones del libro son más breves: “El plástico de los edificios” tiene seis poemas y “De vuelta al ruedo” solamente uno, y ambas parecen ser una especie de despedida del mundo de la infancia, visto a la distancia que dan los años y con un tono irónico que sólo esa distancia permite. Robles nos dice que si la formación de una persona es como la construcción de un edificio, nosotros en realidad seríamos edificios bastante endebles, pues nuestros padres emplearon no materiales “nobles” (fierro, cemento, concreto) sino simplemente plástico. En esta línea crítica, el poema más fuerte es “Arenga familiar”. El contexto parece ser el de un joven que se entera que ha embarazado a su enamorada y decide hacerla abortar. Cito un par de fragmentos:

“Usted que ha vencido en tantas batallas, usted que siempre ha salido bien parado, que ha cagado a tantas personas sin despeinarse un pelo. Vamos, vaquero, no me diga que le asusta un niño de quince días de eyaculado, un pedazo de semen innato, un escupitajo de placer que no cayó en la alfombra… Vamos, soldado, no sea cabro que ya no hay marcha atrás. Nunca hay marcha atrás con los días en los que hasta parece bonito matar para vivir tranquilo.”

En líneas generales, Aquí murió el payaso nos muestra que Rafael Robles está en pleno proceso de maduración, tanto literaria como personalmente. Ha salido de ese mundo de cómics, televisión e Internet que nos mostró en Buena suerte, Peter Parker y está haciendo sus primeras incursiones en el mundo adulto: trabajo, relaciones de pareja, decisiones que afectarán todo su futuro. Ya no es el escritor adolescente, sino un poeta joven con una mayor diversidad de recursos y mucho más consciente de lo que es el trabajo literario.

Pero el mayor cambio es que Robles ahora manifiesta una mirada mucho más crítica y cuestionadora. Y eso es precisamente lo que diferencia a la poesía, a la literatura en general, del entretenimiento y la diversión. Volviendo a la cultura audiovisual y masiva antes mencionada, diríamos que el payaso murió envenenado, seguramente por una de esas pastillas rojas que le ofreció Morpheus a Neo en la película Matrix; esas pastillas que nos permiten romper con todos los mitos y fantasías que adormecen nuestra conciencia, y descubrir nuestra verdadera realidad.

(Resumen del texto leído en la presentación del libro)

Se puede leer poemas del libro en el blog Aquí murió el payaso y también en Lado B y Zona de noticias.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Revista Somos

Siguen las palabras póstumas al desaparecido payaso. Esta vez le tocó a la revista Somos, en la que se nombra a "Aquí murió el payaso" entre las novedades para la Feria del Libro que se lleva a cabo en Miraflores.
Y esto es:


Por ciclos, la poesía se convierte en un ejercicio de catarsis, a los que equilibran los periodos de clasicismo. Rafael Robles, en su segundo libro, juega a la visceralidad, lo cual no indica que descuide el aspecto formal de sus textos. Pero lo que se respira es su agudo conflicto con el mundo, su deseo de romper el cordón umbilical con sus padres, sus amigos, su medio y ciertas conductas sociales castrantes. Se nota que el autor algo le debe a los poemas de Bukowski, que en su poesía juntaba la ternura con la descripción ríspida de su realidad circundante. Por eso es probable que su lectura atraiga principalmente a los jóvenes.



Por Enrique Cúneo, revista Somos (29 de noviembre del 2008)

jueves, 27 de noviembre de 2008

Entrevista en vivo al payaso muerto

Este viernes 28 de noviembre se llevará a cabo una sesión espiritista donde se intentará conversar con el desaparecido payaso Rafael Robles Olivos, para preguntarle (y reclamarle) acerca de su libro y demás acusaciones irresueltas. Escúchalo en el programa 2 por 2, de RADIO SAN BORJA 91.1 FM a las 11y30am.

Se sortearán, entre los oyentes que llamen por teléfono, libros y zapatos extra grandes (talla 44).

Otros lamentos a la muerte de un payaso


Otra persona que se manifestó ante la muerte de Rafael Robles Olivos fue el periodista Michel Dancourt, quien si bien se especializa en temas deportivos no es para nada ajeno a la sensibilidad poética y lo duro que será para el mundo circense la pérdida de esta joven promesa del trapecio.

Y esto fue lo que dijo:

Que no muera el payaso

Tiene 25 años pero cara de más chibolo, según admite con inocultable orgullo. Desde que Rafael Robles escribió “Quisiera ser como Bob Esponja y vivir en el fondo de algo. Ser un estúpido que no recuerda nada y reírme de todo sin que nadie me moleste. Quisiera ser más como tú y no tan Calamardo” en su primer poemario, “Buena suerte, Peter Parker!”(2005), su vena artística maduró. Ahora este estudiante de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de San Martín de Porres, premio ETECOM en crónicas 2008 con su particular perfil al pintor Fernando de Szyszlo, acaba de publicar “Aquí el murió el payaso”, Ed. Estruendomudo. Este libro, breve pero sólido, confirma que su poesía evolucionó. El problema de la existencia, los desencuentros con la familia, el amor y el desamor, las nostalgias, la soledad, el sabor agrio de las frustraciones personales, son los temas que salpican las páginas de su segundo poemario planteados con fina ironía, con no poco humor. Algunos se desarrollan con poemas en prosa, otros con poemas en verso. “Para mí la poesía es una obligación de decir, una dulce condena, como dice Calamaro. Este libro, que ha recibido buenos comentarios hasta ahora, me deja, claro, más satisfecho. Pero tampoco me la creo. Hay mucho de poses entre los poetas y no son seres iluminados ni superiores. Creo que ser escritor es tan importante como ser gasfitero”, sostiene parafraseando a Tomás Eloy Martínez. No sabe identificar un libro de cabecera, no se decide por cuáles páginas llevaría cuando le repetimos esa pregunta boba y recurrente sobre qué quisiera tener para leer si estuviera perdido y solo en una isla. Pero habla, sí, con cariño del poeta francés Jacques Prevert, se ha quedado enganchado con el "Bombardero” de César Gutiérrez y no se cansa de recomendar el libro de crónicas “Día de visita” de Marco Avilés o “La vida privada de los árboles”, una novela del chileno Alejandro Zambra.


Robles cuenta que escribió estos poemas escuchando música y que buscó, casi de manera obsesiva, que reflejaran también cierta musicalidad para quien los leyera. “Desde que estás conmigo, la muerte circula entre mis pasadizos interiores con una motosierra prendida”, dice en uno. “Intentar algo contigo es ridículo como decir esternocleidomastoideo a la hora de la eucaristía o saltar de un quinto piso gritando tu nombre sin más red que una piscina llena de turistas”, escribe en otro. Como el título, que recoge una expresión coloquial, Robles asegura que no habrá más poesía en su camino literario, que una novela breve o un libro de crónicas urbanas serán el siguiente paso. Pero no debería matar aún al payaso, porque su escritura irreverente puede deparar grandes logros poéticos.Des-pa-ci-to como las hormigas se devoran una araña muerta, Robles llega al corazón pero también a la mente. Muy recomendable.

Fuente: Periódico Redacción.

martes, 25 de noviembre de 2008

Primeras lágrimas

Este es el obituario publicado en el diario La República el sábado 22 de noviembre. El encargado de la publicación, según me cuentan, es el crítico Pedro Escribano. Y esto fue lo que dijo:

La poesía y la risa del payaso
El problema de la existencia, la desazón con la familia, las nostalgias amorosas, la idea del fin y de la muerte, el ácido sabor de las frustraciones personales, todo ello salpicado con no poco humor, son los temas que aborda el joven poeta Rafael Robles Olivos en "Aquí murió el payaso" (Ed. Estruendomudo). Un libro breve en el que incluye poemas en prosa y poemas en verso. Desde el título, que recoge una expresión coloquial, Robles Olivos marca el tono de su escritura. Un yo poético irreverente, sobre todo consigo mismo, evita caer, a lo largo del libro, en lo patético, pero no así en excederse en un yoísmo. Sus poemas en prosa, si bien tienen, verbalmente hablando, solvencia, algunos aún no logran anudar la esencia poética. Pero no le negamos aciertos: “Desde que estás conmigo, la muerte circula entre mis pasadizos interiores con una motosierra prendida” (p. 18). Mejores son sus poemas en verso, calan bien en lo íntimo: “(…) y tu imagen sigue aquí/ colgada y firme/ como una araña muerta/ como una pregunta/ en mi cabeza/ ¿volverás?” (p. 31).

Diario La República.

jueves, 20 de noviembre de 2008

El velorio (y entierro) del payaso

El sábado 15 de noviembre se enterró al payaso en el Cementerio Ksa Tomada. Los sepultureros fueron César Gutierrez (novelista, autor de "Bombardero"), el crítico literario Javier Ágreda (responsable de la columna "Jaque Perpétuo" del diario La República), Álvaro Lasso (director de la editorial Estruendomudo), y Rafael Robles Olivos (cadáver bien conservado).

Estas son algunas imágenes de esa noche no excenta de lágrimas, flores y visitas hipócritas. Como en todo buen velorio.

El payaso, sabio él, entiende que la mejor manera de romper el hielo en un velorio es contar un chiste...



un chiste que nadie más que él entiende



Javier Ágreda descubre en el testamento del payaso directas influencias (casi plagios) de Vallejo y Eguren.


César Gutierrez se compadece del difunto y confiesa que lo que ha escrito le parece algo valiente y que la poesía que puede encontrarse en "Aquí murió el payaso" es una poesía auténtica.


(porque César Gutierrez hace juego con su entorno)

Las palabras de aliento continúan. Ambos sepultureros están siendo amables con el texto de un clown muerto.



Por ende, el cadáver de payaso comienza a sospechar que tanto Gutierrez como Ágreda han leído otro libro.



De modo que se ve obligado a aclarar que su libro se llama "Aquí murió el payaso" y no "Las falsas actitudes del agua", dejando en claro que se llama Rafael Robles y no Andrea Cabel.
La decepción en el respetable es evidente.



Robles Olivos, el payaso muerto, se anima a contar un chistecito más a manera de disculpas. Esta vez su sentido del humor sí es valorado (o fue, quizás, una complacencia, un último favor al hombre muerto).


El cadáver, antes de penetrar en su oscuro sepulcro, agradece a todos los que salen en la última página de su libro, repitiendo lo que ya escribió, en una evidente manifestación de improvisación circense.


El dueño del cementerio agradece a todos por su visita, con más palabras de cariño al joven payaso muerto en extrañas circunstancias.


Termina el velorio y la fotógrafa arroja la cámara al piso en un claro intento por llegar primero que todos a la mesa de los bocaditos, obligatorios en toda ceremonia religiosa.
Lo que ella desconoce, sin embargo, es que no alcanzó para comprar nada más que una tumba de papel. Ahí donde murió el payaso mientras la escribía.


Fotos: Ángela Vera Temoche.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Nota de prensa


“Aquí murió el payaso”

de

Rafael Robles Olivos


La editorial ESTRUENDOMUDO presenta: “Aquí murió el payaso”, segundo poemario de Rafael Robles y segundo número de nuestra nueva colección Estruendomudopoemà.

“Aquí murió el payaso” es la nueva entrega de la nueva Colección de poesía de Estruendomudo, la cual rompe con un prolongado silencio de nuestra editorial en la publicación de textos poéticos. Con esta nueva incursión, anhelamos convertirnos en un espacio que aporte voces significativas dentro del espectro de la poesía nacional y participar de la etapa de renovación que hoy experimenta.

Registro de las piruetas, batallas y fracasos de Rafael Robles, este libro reconstruye fragmentos de la historia personal del protagonista, y de los constantes despojos de los que es víctima. Con un sentido del humor nostálgico, a veces oscuro, el autor navega dentro de sus derrotas amorosas, las tensiones con la familia, y algunas otras presencias traumáticas, de las que trata desesperadamente de librarse.

Rafael Robles Olivos (Lima, 1977). Tenista en desuso, arquero de segunda, blogger caleta, graffitero futurista y cineasta en proceso evolutivo, ha sido también invitado al 4to y 5to Festival Internacional de poesía Novissima Verba, además de ser finalista de los concursos Dedo Crítico de poesía y Solamente Palabras (Madrid). Tercer puesto del ETECOM 2008 en crónica periodística y ganador de los Juegos Florales de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Martín. Textos suyos han aparecido en revistas de varios países y en el Perú publicó el poemario Buena suerte Peter Parker! (Estruendomudo, 2005).

La presentación se realizará en la librería Ksa Tomada este sábado 15 de noviembre a las 08:00 p.m. Participarán César Gutiérrez, Javier Ágreda, Álvaro Lasso y el propio autor. Habrá firma de libros y concurso de chistes rojos.



Presentación

Día: Sábado 15 de noviembre
Lugar: Librería Ksa Tomada (Av. Conquistadores 1232 – San Isidro)
Hora: 07:30 p.m.
Participan: César Gutiérrez (periodista y escritor)
Javier Ágreda (periodista y crítico literario)
Álvaro Lasso (director editorial de Estruendomudo)

Habrá firma de libros y concurso de chistes rojos.

Con el ruego de su difusión,

EDITORIAL ESTRUENDOMUDO
editorialestruendomudo@gmail.com / Telf.: 98503-2965 / 429*7277

Invitación

Este sábado 15 de noviembre se mostrará al mundo el
poemario "Aquí murió el payaso" (editorial estruendomudo), de Rafael Robles Olivos, quien ya anteriormente deslumbró al mundo con el librito "Buena suerte Peter Parker!"

César Gutierrez y Javier Ágreda serán los presentadores.

La cita es en Ksa Tomada (Av. Conquistadores 1232, San Isidro) a las 7y30pm
Luego Sargentazo

(dar click para ampliar)

Aquí murió el payaso